18 de mayo de 2009

Defender la alegría (hoy, con tristeza)


Adiós, Benedetti

Los que me leen con regularidad habrán advertido que publico en este cuaderno cada viernes una entrada y que esta es única para toda la semana. Hoy un triste acontecimiento me obliga a escribir.

Cuando el primero de mayo de este año tres jóvenes de izquierdas protagonizamos un poético homenaje en el camposanto coyantino a las vícitimas de todas las dictaduras que existieron durante el siglo XX y que causaron un drama de incalculables dimensiones, también estábamos pensando en la dictadura 'cívico-militar' Uruguaya, que se originó tras el golpe de Estado de junio de 1973. Mario Benedetti la combatió con su mejor arma: la palabra.

Decía que me correspondió hace tan solo veinte días a mí declamar Por qué cantamos*, del autor del que hoy, apenados, esparacimos tan solo unas semillas del que es su  más valioso, laudable y enjundioso legado: su obra. 
"...cantamos porque el sol nos reconoce / y porque el campo huele a primavera / y porque en este tallo en aquel fruto / cada pregunta tiene su respuesta / cantamos porque llueve sobre el surco / y somos militantes de la vida / y porque no podemos ni queremos / dejar que la canción se haga ceniza".

En tu memoria, seguiremos defendiendo la alegría:

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y la definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica los paros cardíacos
y de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como un certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
       y también de la alegría.

No hay comentarios: