1 de julio de 2009

Cuál es la esencia ideológica de la izquierda política

Izquierda ambidiestra

En los años 80 triunfó una revolución conservadora sustentada en tres pilares: Washington, Londres y el Vaticano. O lo que es lo mismo: Reagan, Thatcher y Juan Pablo II. En definitiva, una revolución de orden social, económico y moral. En los 90, aquello que se denominó "pensamiento único", que no era sino un abigarrado compendio de teorías conservadoras y liberales a menudo incompatibles entre sí, arrumbó a la izquierda política, social e intelectual.

La izquierda es deudora de la lucha del movimiento obrero durante décadas. En los albores del siglo XX, las fuerzas capitalistas, al no poder impedir su irrupción en el sistema, se vieron obligados a extender hasta su universalización el derecho de sufragio, así como las políticas sociales, procurando alguna suerte de igualdad, al menos de oportunidades.

La confrontación izquierda-derecha, ante todo, gira en torno a la igualdad. La esencia ideológica de la izquierda es que uno es libre si el resto de coterráneos son libres: los seres humanos que quieran hacer “x”, siendo “x” una conducta racional, razonable y socialmente sostenible, puedan hacerlo sin que su origen o posición social lo impida. La herramienta para conseguirlo: el Estado –que actúa como corrector de los desequilibrios del mercado para garantizar la justicia social-. Por el contrario, la derecha, desde su omnímoda revolución de los 80, cree que el Estado no debe interferir en la vida de los ciudadanos, sin reparar en cuán libres sean. Y estamos hablando de la renta y de la riqueza.

El pensamiento conservador noqueó, desde el mundo académico y desde las instituciones, las ideas –y las políticas- redistributivas que desde el Estado pueden hacer los gobiernos, contaminando a la izquierda europea, que renunció al reparto por el ingreso –aumentar la presión fiscal a esa pequeña parte de la sociedad que detenta la mayor parte de la riqueza-, para limitarse a hacerlo por el gasto -políticas sociales-. Y en este punto, a mi juicio, encontramos la actual crisis de los progresistas europeos, que han abjurado de su insoslayable misión de la libertad, que no es otra que la de la igualdad.

Publicado en La Crónica de León, miércoles, 1 de julio de 2009, página 2

No hay comentarios: