23 de diciembre de 2009

"El valor de un Juramento", Javier Rodríguez y Enrique Berzal

Contra el confusionismo histórico

Recientemente, en el Auditorio de León, los historiadores Javier Rodríguez y Enrique Berzal presentaron su libro El Valor de un Juramento en el que muestran sobrecogedores retazos de las biografías de algunos de los militares que también fueron víctimas de la feroz represión que se desencadenó en el territorio que hoy forma nuestra Comunidad Autónoma a raíz del golpe de Estado de julio de 1936. Lo paradójico de la suerte que corrieron, acusados de auxilio a la rebelión, es que fue debida a su lealtad al poder civil legítimamente constituido y emanado de la democrática Constitución de 1931.

El golpe de Estado lo perpetraron unos militares contra la legalidad republicana y la guerra la libraron con el apoyo que recibieron de la Guardia Mora, de la Alemania nazi de Hitler, de la Italia fascista de Mussolini y de otras alimañas invasoras que intervinieron en el conflicto conculcando la legalidad internacional ante la infamante pasividad de potencias democráticas como Francia o Inglaterra. He aquí el origen del poder de Franco.

Por obvio que esto sea, nunca está de más recordarlo, ya que desde hace unos años pulula un grupo de pseudohistoriadores que, contrariando la verdad, pretenden confundirnos y volver a contar aquellos dramáticos hechos como lo hacía la dictadura: la lucha contra la sovietización del país.

Blanchart, comandante de infantería y contertulio de La velada en Benicarló, pieza teatral escrita por Manuel Azaña durante el conflicto, reflexiona lúcidamente sobre aquellas dos fracciones del Ejército: “En el campo rebelde hay gente como yo. A veces pienso en ellos. ¿Qué dirían si la rebelión triunfase con sus medios actuales? Tienen ejércitos alemanes e italianos, sin contar los marroquíes. Cuando esta gente, supliendo la impotencia de la rebelión, se apodere del territorio español, los generales extranjeros se despedirán de los generales españoles: ‘Ahí hemos conquistado para vosotros la península. Tomadla. Ya podéis mandar y triunfar en ella. Buen provecho’. Antes de que cobren la factura, alguno de mis antiguos compañeros irá a reunirse conmigo en el rincón donde entierren a los que se mueren de vergüenza".

Publicado en La Crónica de León, el 23 de diciembre de 2009, página 2

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