30 de diciembre de 2009

La última canción de Miguel Hernández

Gracias



A todos los que hicimos posible que la noche de ayer en el Café Diario fuera mágica.

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su inmensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

'Canción última', del libro El hombre acecha

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