13 de enero de 2010

Más allá de Zapatero


Zapatero después de Zapatero

A mediados de la pasada legislatura, el Presidente del Gobierno había recibido la extremaunción en multitud de ocasiones. Y no nos referimos solo a las manifestaciones de los obispos pretendiendo que el Estado impusiera legalmente sus periclitados deseos: convertir a España en la reserva espiritual de Occidente. La extensión paulatina de los derechos cívicos, sin erosionar los existentes ni imponer a nadie cómo ha de ser su vida, le convirtió en un referente para los progresistas europeos. A pesar de esto, el debate en nuestro país durante los últimos cuatro años giró en torno a otros temas gracias a la audaz estrategia de la oposición.

Contradiciendo a las encuestas de aquel momento, Zapatero sobrevivió a la reforma del Estatuto de Cataluña, que parecía fagocitarle por los dos flancos: el nacionalista catalán, permanentemente insatisfecho con cualquier acuerdo alcanzado en las Cortes Generales; y el del Partido Popular, que le acusó de propiciar la “destrucción de la integridad territorial”, si se me permite utilizar la expresión de un distinguido lector devoto del género epistolar. También lo hizo al malogrado proceso de paz que se inició cuando ETA declaró “el alto el fuego permanente” y que ulteriormente dinamitó con el atentado de Barajas. A pesar de las acusaciones de “traición a las víctimas”, de “vender Navarra” o de “rendición ante los terroristas”, el PSOE obtuvo más votos y escaños que en 2004.

La crisis económica internacional, reforzada virulentamente por el colapso del mercado inmobiliario, que afecta a nuestra economía desde hace dos años y que ahora toca a su fin, está marcando el segundo mandato de Zapatero y limita ostensiblemente sus expectativas electorales de repetir un tercero. La legitimidad de origen de su liderazgo, que deviene del congreso en el que venció a Bono -socialista camuflado de democristiano o viceversa-, el semestre de la presidencia de la Unión Europea y el apoyo mayoritario de su organización imposibilitan hoy por hoy una sucesión interna antes de una tercera confrontación electoral contra Rajoy. Todos creen que el 2012 será año Mariano. Es posible. O no. En 2006 iba a serlo en el 2008.

Publicado en La Crónica de León, el miércoles 13 de enero de 2010, página 2

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