17 de noviembre de 2010

La última columna de Europa

Dilemas
Hay semanas que a uno le cuesta más que otras escoger el tema de esta humilde y a menudo errática columna. A veces ocurre porque la actualidad no estimula ninguna reacción dialéctica. Y otras, como la actual, porque son demasiadas las cuestiones que uno quisiera comentar y no menos los temores de no acertar con la reflexión que la tinta graba sobre el papel y el archivero, minuciosamente, cataloga en la hemeroteca, quedando a disposición del despistado historiador. O del gris funcionario de cualquier Oceanía en algún Ministerio de la Verdad al que encomienden borrar toda frase que señale al exceso de mercado como responsable de la crisis que padecemos, emulando al último hombre de Europa, Winston Smith, protagonista de la novela 1984, de George Orwell, referente moral para quienes aún creemos en la igualdad como elemento imprescindible de la libertad y viceversa.

Me gustaría dedicarle alguna línea al intrépido, lenguaraz y ególatra de Mourinho. O redactar un breve responso por Fernando Alonso al mismo tiempo que se arría la bandera del Principado hasta media asta. O reivindicar los argumentos de las mejores películas del maestro Berlanga, como Calabuch, alegato pacifista, o El verdugo, que muestra sutilmente el horror de la pena capital. Ambas debería visionar George Bush en vez de torturarnos con sus mediocres ensayos. O Bienvenido Mr. Marshall, que la semana pasada representamos en Compostela y en Barcelona al paso del monoplaza de Ratzinger, de la escudería del Vaticano.

Pero me encantaría, sobre todo, comentar las jornadas organizadas en la Sierra Pambley por Comisiones Obreras acerca de la historia del Movimiento Obrero y su incuestionable papel en las conquistas sociales que hoy, en nombre del liberalismo, vamos cediendo paulatinamente. O la presentación en Santa María del Páramo de la primera parte de la obra de José Cabañas, imprescindible para entender qué pasó en nuestros pueblos toda vez que triunfó el golpe de Estado, La Bañeza 1936, que en otra ocasión reseñaré.

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo. Hoy estoy para penas solamente, que diría el centenario poeta. Sin reacción dialéctica. Acierto, evitando el equívoco.

Publicado en La Crónica de León, el 17 de noviembre de 2010, página 2
'1962, camino de Geras de Gordón', fotografía perteneciente al álbum hermano 'La ventana de una lágrima'

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