12 de enero de 2011

El dueto: Juan Martínez Majo y Francisco Álvarez Cascos

Dresde, la bodega, 'La ventana de una lágrima'
Qué buen vasallo...

En el Cantar de mío Cid hallamos la conocida frase ¡Dios, qué buen vasallo sería el Cid si tuviese un buen señor. Y qué a propósito viene este aserto para aplicarlo al dúo revelación que este verano, allá por agosto, cuando las raíces del maíz buscaban algún oasis para echar un trago, formaron Martínez Majo y su antiguo Señor del Principado, Álvarez Cascos.

Dicen que un buen político es el estratega, que hay que diferenciar del táctico, es decir, del mal político. Por decirlo belicosamente: el primero tiene definido un plan para ganar la guerra, mientras que el otro no ve más allá de la inminente batalla. En el amor, la diferencia la clarificó Mario Benedetti, artesano de versos y electricista de la oscuridad: la táctica, construir con palabras un puente indestructible; la estrategia, que un día cualquiera, no sé cómo, ni sé con qué pretexto, por fin me necesites. En la competición política, el buen estratega es aquel capaz de imaginar los escenarios a largo plazo y tomar decisiones en base a ello. Las encuestas son indicadores, pero no dejan de ser una fotografía de una película donde los fotogramas no se detienen nunca.

Volviendo al dúo que nos preocupa, cabe decir que el alcalde coyantino calculó que Cascos, al que homenajeó en un multitudinario ágape con la militancia, sería el próximo candidato de su partido a la presidencia del Gobierno de Asturias. Y supuso que sería el próximo Príncipe. Hasta ahí nada que objetar: un líder conservador de una localidad hermanada con el pueblo asturiano homenajea a un “hermano”. El lío empieza cuando desde el Ayuntamiento se le premia con el título de 'Paisano de honor', se supone que por su trayectoria dado que su vinculación con nuestra tierra era nula, al tiempo que se le agasaja con un bocadillo de chorizo (técnicamente 'bollu preñau') que devoró con la avidez propia de un caimán político de su especie, cuando lo que anhelaba era un plato de fabada, por el que ha demostrado ser capaz de traicionar a la formación en la que militó durante treinta años y a la que contribuyó a consolidarla como una de las dos grandes de nuestro sistema bipartidista.

Paisano, todo un ejemplo de “honor”.

Publicado en La Crónica de León, el 12 de enero de 2010, página 2

1 comentario:

aplicaciones nokia 5800 dijo...

Excelente articulo. Felicitaciones por el blog!