2 de febrero de 2011

León, al norte del Magreb

En el lugar y tiempo equivocado

Coincido con Xosé Lendoiro, entrevistado por Los detectives salvajes, genial novela del malogrado chileno Roberto Bolaño: “Ante la ley todos somos esclavos para poder ser libres, que es el ideal mayor”.

El azar natural ha hecho que en España mi generación, la del 84, naciera en una isla de relativa pero considerable paz, conociera un imperfecto pero consolidado Estado de derecho y alcanzara la mayoría de edad participando de procesos democráticos a través de los cuales elegíamos a quienes nos representaban en entidades locales, comunidades autónomas, Cortes Generales o en el Parlamento Europeo. Esa ventaja fue posible porque nuestros abuelos republicanos primero y nuestros padres posteriormente derrocaron monarquías obsoletas y dictaduras oxidadas para que nosotros estudiáramos un Erasmus en vez de resistir con sangre junto a los partisinos en su lucha contra los nazis para liberar Francia de las esvásticas o con la División Azul, hermanados táctica y lamentablemente con los de Hitler, luchando por las nevadas estepas rusas e intentando crear un nuevo orden basado en la superioridad racial de los arios.

Sí, nos libramos del golpe de Estado de Tejero. No, no pudimos ilusionarnos cuando Alfonso XIII cogió la puerta por donde se abdicaba y se advenía la Segunda. Sí, botamos a Aznar por su fervor bélico. Sí, sufrimos actualmente un paro juvenil desorbitado y sobrevivimos a base de becas, cierto; pero el azar natural nos ha querido situar al norte del Magreb y tampoco lloramos de cerca la muerte del frutero que se inmoló en Túnez flameando democracia, ni nos manifestarnos por las calles de Egipto a grito de ¡fuera el bastardo tirano!, ni lo haremos en Libia para incomodar la vida al Sultán aliado/enemigo de los gringos según interesare. No, no estuvimos en Nicaragua con los sandinistas, ni en el Palacio de la Moneda con Allende, ni en Hungría con Nagy repudiando los tanques soviéticos, ni en Sudáfrica con Mandela, ni en Suecia consternados por el magnicidio de Olof Palme...

Eso sí, afortunadamente somos esclavos para poder ser libres, como dijo Xosé Lendoiro, y eso es lo que hace nuestra vida esclava del aburrimiento y la comodidad.

Publicado en La Crónica de León, el 2 de febrero de 2010, página 2
'Postal zamorana', fotografía perteneciente al álbum hermano 'La ventana de una lágrima'

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