9 de agosto de 2016

Ernest Hemingway - El viejo del puente

"Ahora no había tantos carros y se veían muy pocas personas a pie, pero el viejo no se había movido.      -¿De dónde viene? -le pregunté.
      -De San Carlos.
      Era su pueblo natal, y tanto placer le daba mencionarlo que no pudo evitar una sonrisa.
      -Cuidaba los animales -explicó.
      -Ah -dije, sin entender del todo.
      -Sí -dijo-, me quedé a cuidar los animales. Fui el último en salir del pueblo de San Carlos.      No parecía vaquero ni pastor y le miré la ropa negra polvorienta y el rostro gris polvoriento y las gafas de montura metálica.      -¿Qué animales?
      -Varios -dijo con un gesto de contrariedad-. Tuve que abandonarlos.
      Yo miraba el pontón y el paisaje del Delta del Ebro, con su aspecto africano, y me preguntaba cuánto faltaría para que viéramos al enemigo, y escuchaba, buscando los primeros ruidos que anunciaran ese acontecimiento siempre misterioso llamado contacto, y el viejo no se iba.
      -¿Qué animales eran? -pregunté.
      -Tres en total -explicó-. Dos cabras y un gato. También cuatro parejas de palomas.
      -¿Y tuvo que abandonarlos? -pregunté.
      -Sí. Por la artillería. El capitán me ordenó que me marchara porque llegaba la artillería.
      -¿Y no tiene familia? -pregunté, observando el otro extremo del pontón, hacia donde bajaban de prisa, por la orilla del río, los últimos carros.      -No, solo los animales que mencioné. El gato, por supuesto, no tendrá problemas. Los gatos saben cuidarse, pero no quiero ni pensar qué pasará con los demás.
      -¿Qué ideas políticas tiene? -pregunté.      -No tengo ideas políticas. Tengo setenta y seis años. He caminado doce kilómetros y no creo que pueda caminar más.
      -Este no es un buen sitio para quedarse -dije-. Si consigue llegar a la bifurcación que lleva a Tortosa, allí hay camiones.
      -Esperaré un poco -dijo-. ¿A dónde van los camiones?
      -A Barcelona.      -No conozco a nadie en esa dirección -dijo-, pero gracias. Muchas gracias.
      Me miró con ojos cansados e inexpresivos.      -Estoy seguro de que el gato se las arreglará -dijo, por compartir con alguien su preocupación-. Estoy seguro de que por él no hay que alarmarse. Pero los demás... ¿Qué cree que les pasará?..."

El viejo del puente, Ernest Hemingway; Ilustraciones Pere Ginard (Libros del Zorro Rojo, 2016)

Ilustración de Pere Ginard para el libro editado por Libros del Zorro Rojo

No hay comentarios: