25 de marzo de 2017

Merrit Tierce - Que me quieras

 «Sin embargo, lo que yo hacía no tenía nada que ver con el placer, tenía que ver con que ciertos tipos de dolor sirven como antídoto para otros. Así que cuando un hombre viejo al que había visto con prostitutas me daba su número, le decía que sí.»

 *

"Si quieres seguir trabajando aquí tienes que maquillarte un poco, me dijo Marlo. Siempre pareces cansada. Ponte corrector o algo, dijo, mirándome a la cara pero no a los ojos. Nunca he tenido acné, ni siquiera de adolescente, hasta que empecé a trabajar en restaurantes. En el Dream Café la cosa empeoró. Siempre me salían un montón de granos alrededor de la boca aunque tuviese mucho cuidado de no tocarme la cara. Y ponte una camiseta de manga larga debajo de la camisa del Dream. ¿Qué son esas marcas?

   Quemaduras, respondí. Tenía los brazos cubiertos de puntos y rayas cicatrizadas. El espacio entre las marcas era uniforme y me recordaba a un diapasón. Los más profundos tardaban años en curarse. O en cicatrizar, o como se llame el proceso de curación. Así que algunas marcas aún estaban rosas, con la piel brillante. 

   Me compré tres camisetas interiores térmicas en Goodwill y seguí trabajando en el Dream Café...

 *

Tiene razón, es importante levantar el ánimo cada noche, respirar profundamente y estar contenta para que los clientes te crean cuando les dices que el filete de Kobe de 140 dólares es la mejor ternera del mundo y les prometes que se derrite en la boca. Tienes que mantener la alegría para conseguir que pidan una botella de Caymus o Cakebread, no puedes revolcarte en tu melancolía. A veces creo que por eso Danny dice Chúpame los huevos cada vez que paso a su lado, que lo dice con cariño, como un desafío. Cuando dice Chúpamela en realidad quiere decir que todo esto es un circo, cariño, que les den a esos cabrones. Y cuando le contesto Si quieres que te la chupe sácatela, lo que quiero decir es que somos duros, que brillamos a pesar de toda la mierda. Nos estamos diciendo Si tienes algún problema, remordimiento o angustia, cómetelo, bébetelo, esnífalo, fóllatelo, úsalo, chúpalo, mátalo...

*

Mi chica me echará a la calle si nos tocamos, me decía mientras tonteábamos en el suelo de mi casa por las tardes. Uno de sus habituales le había conseguido un segundo trabajo en un banco. Allí se dedicaba a mostrarse animado vestido con un precioso traje de Bachrach. Podía vestir cualquier color o incluso mezcla rayas y cuadros y otros motivos y todo le quedaba bien porque caminaba sacando pecho, como si hubiera nacido para ganar. Lo que quiero saber es si era real.

En el Restaurante todos cargábamos con lo nuestro. Estábamos rotos. Todos íbamos cuesta abajo. Quizá pase lo mismo en un bufete de abogados, en un centro de belleza, en cualquier trabajo, de prestigio o no. Quizá sea eso lo que significa estar vivos, tener algo roto y mugriento clavado dentro que nos empuja a descarriarnos...

*

Nunca me tomaba como algo personal nada de lo que ocurría en el Restaurante. Solo hacía la siguiente tarea lo mejor que podía y después la siguiente.

   El quinto o sexto subjefe de cocina con el que trabajé le estaba echando la bronca a Florida John una noche por no sé qué lío que había montado cuando entré a reponer platos. ¿Por qué no eres como ella?, dijo el subjefe de cocina poniéndome una mano en el hombro. Pase lo que pase ahí fuera, es la mujer de hielo. ¿Cuál es tu secreto?, me preguntó. Ilumina a este capullo. 

   Acepta que todo es una mierda y sigue el rollo. Deja de quejarte, adáptate. Nada va a salir bien y todo es difícil.

   Joder con Confucio, dijo el subjefe de cocina..."

Merrit Tierce, Que me quieras, Blackie Books, Barcelona, 2017 (ed. original, Love Me Back, 2014)

Love Me Back, título original de la novela.

No hay comentarios: